Lorenza es un torbellino a quien no le gusta usar zapatos y le encanta comer pasta de dientes. Seguirle el ritmo no es sencillo y a veces puede resultar agotador, pero al final del día, las experiencias cotidianas, con sus sonrisas y lágrimas, son las que dan vida a la vida.
Había una vez, en la ciudad más grande del mundo, un edificio enorme. Adentro, en un pequeño departamento, vivía una pequeña familia: Lina y su mamá. Una tarde, explorando las raíces de un árbol, Lina encontró una catarina y se la llevó a casa. Y así, en un abrir y cerrar de ojos de catarina, el pequeño departamento se convirtió en el hogar de una enorme familia. ¿Qué hará la mamá de Lina cuando se dé cuenta?