¿Cómo aprendiste a dibujar? ¿De dónde sacas tus ideas? ¿Dónde
empieza una historia? En este libro, la autora recupera los montones de preguntas que los niños, tan curiosos como siempre, le hacen cada vez que se cruzan en su camino. Página tras página, la autora invita al lector a integrarse a su proceso creativo y dejar que su imaginación se eche a volar para crear una historia en conjunto. Mediante garabatos, colores, collages de palabras, pinturas y risas surgen las ideas brillantes y las palabras llegan flotando de la nada. La imaginación no te volverá a encontrar desprevenido.
Un ingenioso libro lleno de información sorprendente que brindará a los docentes muchas posibilidades de trabajo en el aula y les permitirá aplicar conceptos matemáticos en otras áreas de estudio, como las ciencias naturales y las ciencias sociales. Después de leer ¿Y si…? los niños verán de una manera diferente la historia, su realidad e incluso el universo. Algunas cosas son tan enormes o antiguas que es necesario compararlas con aquello que podemos ver, sentir o tocar para poder imaginarlas. Para entender mejor algunas ideas o números gigantescos con los que los niños se topan con frecuencia, David J. Smith los reduce a una escala humana. Así, los lectores podrán comprender mejores datos relacionados con las dimensiones de nuestra galaxia, la historia de la tierra y el transcurrir del tiempo en su propia vida.
En una ciudad llena de gente con prisa, sólo el pequeño Willy se da cuenta de que hay un pájaro herido en la calle. Con la ayuda de su mamá, recoge cuidadosamente al ave y la lleva a su casa para curarla. Como en todo libro de Bob Graham, la belleza está en los detalles: en la manera meticulosa en la que alimentan al ave con un gotero, en la habitación llena de motivos de animales o en la pluma que guarda Willy como amuleto de buena suerte.
Desde muy chico, Peter amaba las palabras y con ellas hacía largas listas. Peter pensó, “si todas las palabras del mundo pudieran estar contenidas en un mismo lugar, todas las personas podrían recurrir a él para encontrar la palabra correcta”. Peter conservó esa idea como un tesoro secreto y, cuando creció, publicó el primer Tesauro, donde reunió todas sus listas de palabras. Publicado en 1852, El Tesauro de Roget aún sigue imprimiéndose y, a la fecha, muchas personas siguen acudiendo a él cuando necesitan encontrar la palabra correcta. “Las palabras, que Peter aprendió, son muy poderosas; y cuando las ordenó en listas, sintió que el mundo también se ponía en orden.”