Dos jóvenes con problemas de socialización se comunican a través de un interesante intercambio de cartas. Con el pasar de los días vamos descubriendo la curiosa personalidad de cada uno de ellos y sus expectativas hacia una vida que al parecer no les ofrece mucho. Flora y Max, gracias a sus cartas, nos enseñan que no importa lo que suceda, siempre hay un algo más esperanzador.
“Nunca se presentó, no sabía cómo se llamaba, pero me acompañaba en todo momento como si fuese mi madre. En silencio estuvo allí por muchos años esperando hacer su aparición. Por momentos me hacía sentir culpable de las cosas que sucedían”.
Vania nos lleva al interior de su agonía y nos muestra de cerca el rostro de una enfermedad como la depresión, que hoy padecen millones de adolescentes.
El autor de nos trae una emocionante y conmovedora historia real que impacta y conmueve.
Camilo y Laura son dos hermanos inseparables, populares en el colegio y con dos padres dedicados a ellos. Pero la realidad de la familia es mucho más oscura de lo que se puede ver a simple vista. Las drogas se vuelven un ritual constante para Camilo y, casi sin darse cuenta, su adicción va desmoronando su hogar. Laura, por su parte, se ve excluida de ese retrato familiar, por lo que se aísla y se aleja en su soledad, buscando su propia identidad. Poco a poco, Camilo intenta hacer un análisis y retrato de su vida, y nos adentra en un viaje lleno de altibajos, donde nos cuenta en detalle su lucha por vencer sus demonios, reivindicar a su familia y sobrevivir a sus tragedias personales.